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LOS HIJOS DE CHANGÓ, LA EPOPEYA DE LA NEGRITUD EN AMERICA

Actualizado: 10 ene 2022

En el caso de Zapata, su decisión lo llevó a reivindicar el mundo de los africanos en el nuevo continente desde lo más profundo de sus cosmovisiones, representación de la cual emerge una vigorosa épica...

La marca de África

Darío Henao Restrepo

Universidad del Valle


Una tarde frente a la bahía de Santa Marta, Manuel me contó que mientras escribía Changó, el gran putas, sintió la necesidad de ir al África, el punto de partida de esa diáspora brutal que empujó a millones de seres humanos como esclavos a las Américas. El proceso creativo le pedía ese viaje a la tierra de los ancestros, pues le urgía atar muchos cabos sueltos sobre la saga que venía investigando hacía más de veinte años para su novela. Allá empezaba la historia que se proponía recabar contra el olvido. Sus múltiples lecturas, sus andanzas por los universos afroamericanos y el trato con los más destacados intelectuales y artistas negros del siglo xx, 2 lo llevaron a la profunda convicción de que en los horrores de la travesía trasatlántica venía incubada la resistencia, la lucha por la libertad y la solidaridad, circunstancias que los africanos enfrentaron con sus dioses y sus lenguas hasta donde les fue posible. Por eso decidió iniciar la novela con un poema épico «La tierra de los ancestros» que da cuenta de los dioses tutelares de la religión yoruba y toda su cosmovisión. Esta es la concepción de mundo que ordena toda la trama histórica de la novela y el destino de los esclavos africanos que llegaron a América en los barcos negreros, según la explicación mítica, por la maldición de Changó.


Apuesta ambiciosa, pues este santoral del cual tan poco quedó en Colombia, a diferencia de países como Cuba, Haití o Brasil, dificulta mucho la lectura de la novela para el lector no familiarizado.3 Lo que no ocurre, por ejemplo, con Cien años de soledad cuya compleja trama está construida sobre el gran código de la Biblia y la mitología grecoromana. Por supuesto, también con algunas de las tradiciones aborígenes y africanas que se entremezclaron con las europeas. En el caso de Zapata, su decisión lo llevó a reivindicar el mundo de los africanos en el nuevo continente desde lo más profundo de sus cosmovisiones, representación de la cual emerge una vigorosa épica y un fuerte sentimiento de malungaje,4 de solidaridad entre todo el movimiento afrodiaspórico llegado a las Américas.

La oportunidad de ir a la tierra de los ancestros se presentó en enero de 1974 con la invitación para participar en el coloquio La negritud y América Latina en Dakar, la capital de Senegal, convocado por su amigo el presidente del país, el poeta y filósofo Léopold Sédar Senghor.

Los invitados al coloquio fueron llevados por Senghor a visitar, al frente de Dakar, la pequeña isla de Goré, donde se conserva el reducto amurallado de lo que fuera una fortaleza prisión en la cual eran recluidos los africanos cazados en los antiguos reinos del Níger, a la espera de los barcos negreros que los llevarían al «viaje de nunca retorno».6 Los Estados africanos declararon la isla de Goré un monumento continental para conmemorar la partida de los millones de hijos de África hacia América. En las calles de la ciudad, cuenta Zapata, al tañer de la kora, los griots revivían en sus relatos los lamentos y cantos de los prisioneros despidiéndose para siempre de su África natal. Esto lo llevó a pedirle al presidente Senghor que lo dejara pasar una noche desnudo en una de las oscuras y sofocantes bóvedas de la fortaleza de la isla Goré. Se sentía un elegido por alguno de los orichas del panteón yoruba para cumplir el acto sacramental de padecer y rememorar allí, toda la noche, los suplicios sufridos por sus antepasados.


Las razones que le dio al Presidente fueron conmovedoras:

Llevo varios años escribiendo una novela sobre la epopeya de la negritud en América, la que se inicia precisamente aquí, en esta «Casa de los Muertos». Quisiera pasar la noche desnudo sobre las piedras lacerantes, hundirme en las úlceras y los llantos de mis ancestros durante la larga espera de los barcos para ser conducidos a Cartagena de Indias, donde nací y donde preservamos su aliento y su memoria.


Los dioses tutelares


De Odumare, creador del Universo, fuente de luz y oscuridad, semilla de vida y muerte, provienen todos los dioses del panteón africano, que como los de otras cosmogonías, cada uno simboliza uno o varios aspectos de la vida y son protectores de los seres humanos. En Changó, el gran putas aparecen ejerciendo sus roles sobre el destino de los africanos que llegaron a América. En primer lugar, Obatalá, oricha de la creatividad, la claridad, la justicia y la sabiduría; Odudúa, primera mujer mortal, oricha de la Tierra, esposa de Obatalá, con quien procreó a Aganyú y Yemayá; Aganyú, primer hombre mortal, quien con Yemayá dio a luz a Orungán, quien viola a su madre, Yemayá, la diosa de las aguas. De esta relación incestuosa nacen los catorce orichas sagrados: Changó, espíritu de la guerra y el trueno, del fuego y de los tambores; Oyá, patrona de la justicia que ayuda a fortalecer la memoria; Oba, esposa de Changó, protectora de los mineros; Oshún, oricha del amor y del oro, concubina de Changó; Dada, oricha de la vida, protectora de los vientres fecundos, vigilante de los partos; Olokún, hermafrodita, armoniza el matriarcado y el patriarcado que rigen las costumbres de los ancestros; Ochosí, oricha de la flechas y los arcos, ayuda a los cazadores a acechar el venado, vencer al tigre y huir de la serpientes; Oke, orisha de la alturas y las montañas; Orún, oricha del sol; Ochú, diosa de las trampas del amor y concubina de Changó; AyéShaluga, oricha de la buena suerte; Oko, oricha de la siembra y de la cosecha; Chankpana, amo de los insectos, de la protección, lava las heridas de los enfermos; Olosa, protectora de los pescadores, anuncia las tormentas y sequías.


La presencia africana no puede reducirse a un fenómeno marginal de nuestra historia. Su fecundidad inunda todas las arterias y nervios del nuevo hombre americano

Manuel Zapata Olivella




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