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EUROPA, AFRICA Y AMÉRICA.

Actualizado: 10 ene 2022

Leído en el encuentro literario de Análisis La Mancha el 29 de mayo de 2021

Por: Daniel E. Muñoz Torres



Manuel Zapata Olivella, nació en Lorica, en el año de 1920, 529 años después del descubrimiento de América, cuando habían transcurrido aproximadamente 65 generaciones de descendientes de Africanos.


El proyecto académico mundial 'Viajes Esclavistas', producto del trabajo de investigadores de universidades en Europa, África y Latinoamérica, ha documentado que entre 1525 y 1866 se realizaron cerca de 36 mil viajes trasatlánticos directos entre África y las Américas, los cuales transportaron 11 millones de africanos esclavizados en dicho periodo, en los que cinco millones desembarcaron en Brasil; como lo expuso en la UNAM, Alex Borucki, colaborador del plan y académico de la Universidad de California, Irvine.


Al dictar la conferencia “El Tráfico de Esclavos hacia Hispanoamérica”, en el Salón de Actos del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), el académico uruguayo recordó que en 2020 se cumplirán 500 años del primer viaje triangular (1520) de la ruta esclavista española, que fue de la Península Ibérica hacia África con destino a Latinoamérica. Asimismo, se conmemorarán dos siglos (1820) que España prohibe el tráfico de personas esclavizadas. (Dato que se encuentra en internet)


En el diccionario de la Real Academia Española, la acepción 15 de la palabra “Galera” dice: 15. f. pl. pena de servir remando en las galeras reales, que se imponía a ciertos delincuentes… echar a galeras, condenar a galeras.


Con razón se dice que los primeros pobladores de américa fueron los prisioneros de las cárceles españolas, quienes recibieron la libertad a cambio de poblar las tierras conquistadas. Es decir, los primeros remeros de los galeones que vinieron a américa hasta 1525 aproximadamente, eran reos españoles. Posteriormente, debieron hacerlo los esclavos africanos. Es obvio que la academia española no menciona el trato cruel que dio a los esclavos Africanos desde su ingreso a las galeras.


Es decir, que los esclavos hicieron el trabajo impuesto a los delincuentes españoles, cuando ya no hubo suficientes criminales hispanos; entonces, los Africanos esclavizados fueron tratados como delincuentes y cumplieron esa pena por el delito de ser africanos y de raza negra.


De paso, todo esto explica lo ocurrido a nuestros aborígenes, que fueron pasados a sangre y fuego por los “Jefes militares” conquistadores y su pandilla de delincuentes, que hasta hoy siguen su ejemplo, desplazándolos.


Al paso que vamos, le harán una estatua a Pablo Escobar y a los innombrables parapolíticos. Es por eso que los MisaK no quieren que se haga más el elogio de los masacradores, que iniciaron el genocidio del que han sido víctimas, colocando a sus asesinos en pedestales, como héroes, porque solo son eso: asesinos genocidas.


Cuando Zapata Olivella, pasó una noche en el fuerte donde los europeos mantenían cautivos a los africanos cazados en el Niger, a la que llamó “la casa de los muertos”, relató el suplicio que era el chasquear de las cadenas y los grilletes … en donde “desfilaron ante mi, jóvenes, adultos, mujeres y niños, todos encadenados y se me apareció, alguien que se había desprendido de la fila y posó su mano encadenada sobre su cabeza, y algo así como una lágrima rodó sobre su mejilla, ¡tuve la inconmensurable e indefinible sensación de que mi más antiguo abuelo o abuela me había reconocido”. Página 14 del libro Changó, el Gran Putas.


Esa era la casa de los muertos, “donde los esclavos sufrían la larga espera en la que las horas avanzaban sin estrellas, esperando para abordar los barcos que los conducirían a América.” Ibid.


Aún se escucha a la humanidad entera gemir entre cadenas sin comprender las palabras del que murió en la cruz. Los doctrineros, creían que por Jesucristo esos delincuentes españoles y sus militares testaferros, trajeron la religión verdadera, y que entregaron su vida por los demás y que no hay mayor amor que el de aquel que entrega su vida por los demás. Entonces le sacrificaron a Dios, además de los 11 millones de esclavos que sacrificaron en las tierras de América, a los 6 millones de indígenas muiscas que poblaban el altiplano cundi-boyacense, desde Tibacuy hasta lo que hoy es Santander del Norte, al momento de la llegada de Gonzalo Jiménez de Quesada; según narró Gabriel Camargo Pérez en su obra “Del barro al acero”.


No dudo que cuando Zapata Olivella desembarcó en américa supo que el peso del agua de los océanos formó los continentes, y conoció al mismo tiempo, el peso de la historia de sus ancestros sobre esta tierra.

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