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NAY Y SINAR LOS AMANTES DE PIEL DE ÉBANO

Actualizado: 10 ene 2022

La otra historia de amor que quedó plasmada en la novela “María” de Jorge Isaacs


Por: Gladys González Arévalo

Investigadora de la cultura y la música colombiana


A propósito del tema del Amor, en este mes de septiembre, es muy oportuno verlo desde el aspecto literario de la novela “María” del escritor vallecaucano Jorge Isaacs, aún en el Siglo XXI, hace brotar lágrimas a pesar de que el romanticismo en esta época haya en algo cambiado. “María”, no envejece, y a la manera de las grandes obras que reflejan la vida con caracteres de suprema verdad, que se imponen a las modas literarias, desafían el relato de Isaacs, los embates del tiempo.


La hacienda El Paraíso, escenario de la novela María de Jorge Isaacs


Recorrer la novela es reconstruir la historia que Jorge Isaacs inmortalizó. Un idilio en el más hermoso escenario del Valle del Cauca. María, es una novela romántica, de evocación y nostalgia de un mundo desaparecido, llena de sentimentalismo, matizada con tintes costumbristas y autobiográficos, es la encarnación del romanticismo en América. Hispanoamérica tiene en su María una novela de significación no solo americana, sino también universal. Ocupándonos del Romanticismo en su aspecto literario, las primeras novelas del mundo independiente son novelas realistas.


“María no solo es un clásico del romanticismo, también fue la primera novela con temática negra que se escribe en tierra firme” aseguró Manuel Zapata Olivella.


Las lecturas de los clásicos, y todo lo que estaba en boga en ese momento, no puede sustraerse a esa influencia, pero en el poeta Isaacs, igual que estaba en lo patriota, sin embargo, busca expresar su sentimiento y le imprime a la obra el enfoque romántico, con todos los rasgos esenciales del Romanticismo. Muestra lo nacional y lo muestra sin temor, libremente como ya lo admitía este movimiento. Esta, la razón por la que su novela sea el máximo exponente del “Romanticismo en Colombia”. En este caso, Nay (Feliciana) la nana de María, el personaje creado por Jorge Isaac, es la protagonista y narradora de su historia. En el otro romance, con Sinar, su voz que es como un canto nos descubre a una mujer orgullosa de su identidad, conocedora de sus poderes y que se sabe dueña de su vida y de su cuerpo. Siempre firme a su voluntad. Nay subvierte el imaginario que hemos construido sobre la mujer negra esclava.


Para complementar el tema básico del Romanticismo como argumento de la novela, el idilio de los dos protagonistas, Efraín y María, vamos un poco más allá para darle también realce al “otro romance”, que plantea Isaacs, además del “principal” dentro de las mismas características de este movimiento literario.


La migración negra a Suramérica-Fuente: Notas y apostillas al margen de un libro de cocina-Eugenio Barney Cabrera. Ilustración Gerardo Ravassa G. Cali- Valle del Cauca.


La importancia de Nay la vemos en su singular historia

Nay fue una princesa que tuvo servidumbre en África. En la Nueva Granada, ella fue una criada, según la obra. Isaacs y el propio Efraín le rinden tributo a Nay, cuando empieza la agonía de la africana por causa de una hepatitis. Era hija de un guerrero Achanti del África, pero capturada por unos traficantes, fue conducida a América en calidad de esclava. Magmahu guerrero Achanti fue el padre de Nay (Feliciana). Orsué, caudillo de los Achimis, muerto por Magmahú. Sinar, hijo del anterior y esposo de Nay. Luego de ser capturado por los traficantes es separado para siempre de su mujer, con quien ha tenido un hijo, el negrito Juan Ángel.


Nay, la esclava africana que el padre de Efraín juega al azar en la casa de un traficante y que le gana, en una partida afortunada, a un esclavista norteamericano.


Una princesa y un príncipe africanos ven truncado su destino por culpa de la esclavitud, una práctica cruel que el autor criticó en su obra. Feliciana, en tierras americanas y Nay, en tierras africanas, llegó en un barco esclavista a tierras del Darién, tras navegar por más de tres meses en condición de esclava.


Le enseñaba las danzas de su tierra natal, sus amorosos y sentidos cantares del país de Bambuk”, escribió Isaacs sobre la nana de María.


La historia de Nay y Sinar ocupa los capítulos que van del XL al XLIV. Se trata de un extenso relato, que nos explica el origen del personaje de Feliciana, mujer africana que trabaja en la casa familiar. Ella borra su nombre ancestral para adquirir uno occidental. Como dato curioso consignamos el hecho de que la traducción al inglés de “María” (Harper & Brothers, Franklin Square, New York, 1890), hecha por Rollo Hodgen, omitía, entre otras cosas, la historia de Nay y Sinar. Fue publicada María, A south american romance, traducción completa al inglés a cargo de José Spitzer Uribe, con un prólogo de Juan Gustavo Cobo Borda y un estudio introductorio de María.

“Nay y Sinar son los amantes de piel de ébano, a través de los cuales, Isaacs expuso su crítica social a la esclavitud de la cultura africana en América, cuando llegó al Nuevo Mundo, arrastrada con grilletes y látigos, como los que recibió Nay en esa tortuosa travesía por el Atlántico hasta que terminó en El Darién” (Kipus- Revista Andina de Letras. 4 jun. 201733/ Semestre/ 2013- Quito).


El exotismo romántico - El otro romance (págs. 95 y 96)


Tomado del libro *“La música en María” de Gladys González Arévalo. Edición de Colección “Historia Regional del Valle del Cauca. Edición especial Imprenta Departamental de la Gobernación del Valle- con motivo de los 150 años de la novela.


Los “románticos” comúnmente chocaban con la realidad que los rodeaba y por eso a menudo volvían su mirada hacia países y ambientes remotos; este exotismo se aprecia en “María” cuando se introduce el relato de Nay y Sinar. En esta parte del texto, se describen las inhumanas cacerías de negros. Otro elemento exótico, presente en la obra se destaca en el lenguaje, cuando se alude a detalles y elementos de mundos lejanos.


En María se desarrollan y se mezclan los cuatro temas fundamentales del Romanticismo: El amor, la naturaleza, la muerte y el aspecto religioso, los mismos que aparecen en el relato de los negros.


Además de dar importancia al tema central en la música de la cultura negra, desde el capítulo XL hasta el que concluye con el entierro de Feliciana, apreciamos el amor de Nay por Synar, que hasta “en el delirio pronuncia su nombre”.

Este otro romance entre los negros bien podría llamarse “Nay” por los amores entre el guerrero y la princesa: Nay y Synar, los negros sacados del África, dentro de la historia que narra Isaacs, de la Aya Feliciana. Esa atmósfera romántica que envuelve el relato de Isaacs, en torno a Efraín y María, también rodea la historia de los negros. Se puede ver cómo el ensamble de lo histórico de la llegada de éstos a las haciendas, rompe con los esquemas tradicionales de ubicar a los negros como una raza inferior.


Isaacs se apoya en ese realismo, como una manera de revelarse, por eso vemos cómo engrandece este capítulo con el exotismo de la historia de Nay, al lado de la fantasía. “les saca el mejor partido” a lo exótico de la cultura negra, que describe con admiración, se acoge a la naturaleza, al realismo y lo plasma con gran acierto. El tema del amor y la muerte, no solamente está en el idilio de Efraín y María. Es éste como argumento de la obra, pero al lado, está también como fondo en El exotismo romántico. Lo sentimental, la melancolía del recuerdo, el fatalismo, la atmósfera de tristeza de Nay por la nostalgia de su tierra, que le persigue hasta la muerte. Es como un paréntesis de la historia, que igual se convierte en idílico, por la distancia entre ellos. Esa fuerza de la raza negra, se muestra también en el ímpetu de Nay, mostrado por defender el amor de Synar su enamorado, en medio de todas las vicisitudes desde la salida de su querida África. De otra forma, pero desarrolla el romanticismo, y además con la resonancia del tambor negro.


María, es la mujer débil y sentimental, en contraste con el temperamento fuerte y decidido de Nay, para no separarse de Synar y lograr su libertad y la de su hijo. En el fondo el Romanticismo es una necesidad de libertad, y aquí también la personifica en la princesa negra. Alrededor del romance de ellos, están los sucesos vividos y relatados en una forma heroica, en medio de la situación de la esclavitud de los negros.


El temperamento y la belleza de la raza negra, serían comparables a la belleza física y espiritual en los dos protagonistas. Además de fondo con el enfoque el romanticismo, de mostrar las costumbres y características espirituales en su música, en los atuendos, en las tradiciones está revelando una etapa de la historia nacional”.


El texto está lleno de sentimientos amorosos y resentimientos tristes y augurios totales. Es precisamente esta sensibilidad lo que le da a la obra su valor permanente. En sus páginas abunda el americanismo no solo en el escenario, sino también en un episodio de color local. Pero la grandeza de la novela está en su tratamiento de un tema humano universal: el amor y la muerte.


El Techo de África- Foto: Miklas Deak


Nay o Feliciana: un trozo de la historia de la esclavitud en Colombia

(“La música en María” de Gladys González Arévalo). Págs. 142- 186.


A propósito de la muerte de Feliciana, valoremos todas esas manifestaciones de amor hacia esta importante mujer negra, dentro de la obra.


En el capítulo XLIV Págs 230 y 231:

El cura había administrado los sacramentos a la enferma. Dejando el médico a la cabecera, monté para ir al pueblo a disponer lo necesario para el entierro y a poner en el correo aquella carta fatal dirigida al señor A***.

Cuando regresé, Feliciana parecía menos quebrantada y el médico había concebido una ligera esperanza. Ella me preguntó por cada uno de los de la familia, y al mencionar a María, dijo:

- ¡Quién pudiera verla antes de morir! ¡Yo le habría recomendado tanto a mi hijo!


Y luego, como para satisfacerme por la preferencia que manifestaba hacia ella, agregó:

-Si no hubiera sido por la niña, ¿qué sería de él y de mí?


La noche fue muy mala para la enferma. Al día siguiente, sábado, a las tres de la tarde, el médico entró a mi cuarto diciéndome:

-Morirá hoy. ¿Cómo se llamaba el marido de Feliciana?


-Sinar -le respondí.


- ¡Sinar! ¿y qué se ha hecho? En el delirio pronuncia ese nombre.


Había una hora que había anochecido cuando expiró.


Terminado el rosario, una esclava entonó la primera estrofa de una de esas salves llenas de la dolorosa melancolía y los desgarradores lamentos de algún corazón esclavo que oró. La cuadrilla repetía en coro cada estrofa cantada, armonizándose las graves voces de los varones con las puras y dulces de las mujeres y de los niños. Éstos son los versos que de aquel himno he conservado en la memoria:


En oscuro calabozo

cuya reja al sol ocultan

negros y altos murallones

que las prisiones circundan;


En que sólo las cadenas

que arrastro, el silencio turban

de esta soledad eterna

donde ni el viento se escucha.


Muero sin ver tus montañas

¡Oh patria!, donde mi cuna

se meció bajo los bosques

que no cubrirán mi tumba.


Mientras sonaba el canto, las luces del féretro hacían brillar las lágrimas que rodaban por los rostros medio embozados de las esclavas, y yo procuraba inútilmente ocultarles las mías.

A las tres de la tarde del mismo día, dejando una cruz sobre la tumba de Nay, nos dirigimos su hijo y yo a la hacienda de la sierra.



*(Disponible en las Librerías Arte y letras Cra. 7ª. Calle 70, Siglo del Hombre-La Candelaria, Tango Discos Cra. 15 con 88, en Bogotá, y en la Librería Internacional de Cali).



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